viernes, 25 de enero de 2013

Una testigo contradice la coartada de la acusada en el 'caso Wanninkhof'

El juicio por el caso Wanninkhof ofrece cada día nuevos testimonios contrapuestos. Ayer, una testigo contradijo la versión que siempre ha mantenido la acusada de que la noche del crimen tenía huéspedes en casa; relato que ha sido su coartada y que apoyó una sobrina suya cuando horas antes testificó ante el jurado. Según una vecina, los familiares de Dolores Vázquez no llegaron el 9 de otubre de 1999 -el día del crimen- como afirmaron la acusada y su sobrina, sino el 10.

Begoña Martínez declaró que llegó a casa de su tía al mediodía del día 9, que sobre las 21.00 salió a cenar, dejando su hija de dos años a cargo de la acusada; que la telefoneó para ver cómo estaba la pequeña sobre las 23.30 y que regresó sobre la una de la madrugada.

Otra testigo que compareció después contradijo esta versión al señalar que la noche del crimen no tuvo familiares en casa porque sus sobrinos llegaron el día 10. La acusada siempre ha mantenido que el día del crimen tuvo como huéspedes a su sobrina, su marido y a la hija de éstos. Entre los vecinos ambas fechas se recuerdan con precisión porque el día 10 fue la boda de un conocido.

Pero las contradicciones no quedan ahí. Tres testigos se han retractado de la fecha que dieron en la instrucción sobre un episodio clave en las pesquisas y han ofrecido versiones contrapuestas. Ayer, un día después de que dos empleadas de hogar rectificaran y declararan que la acusada apuñaló la foto de la víctima antes de saberse cómo había muerto, la sobrina de la sospechosa corrigió también su primera declaración y dijo que fue con posterioridad a la aparición del cadáver.

Martínez rompió a llorar durante el juicio al afirmar que 'una equivocación' suya ha llevado a su tía a la cárcel. En una primera declaración ante la Guardia Civil, esta testigo afirmó que el episodio del apuñalamiento de la foto se produjo antes de que se supiera que Rocío había fallecido a consecuencia de nueve heridas de arma blanca. En una declaración posterior ante el juez de instrucción corrigió la fecha y la situó después de la aparición del cadáver. Ayer repitió este último testimonio.

Esta declaración contradice de plano la que el jueves prestaron dos empleadas de hogar, que también cambiaron su versión con respecto a la instrucción. Una de ellas había dicho hasta en tres ocasiones que aquella escena ocurrió el 4 de noviembre de 1999, dos días después de que apareciera el cadáver y cuando ya se sabía la causa de su muerte. El jueves, declararon que la acusada apuñaló la foto el 2 de noviembre, el mismo día que fue encontrado el cuerpo de la joven, pero cuando aún se desconocía cómo había fallecido. Ambas dijeron que hicieron memoria después de recibir la citación para el juicio.

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