Alegría y prudencia en Coín
Coín, el municipio donde residía Sonia Carabantes, recibió ayer con prudencia la noticia de la detención del supuesto asesino de la joven, el ciudadano inglés Tony Alexander King, de 38 años.
El alcalde de la localidad, el socialista Gabriel Clavijo, expresó a Efe su "alegría" al saber que el presunto criminal había sido capturado en el municipio vecino de Alhaurín de la Torre pero confesó que, ahora, "hay que ser prudentes y esperar a que las pruebas y las investigaciones confirmen que es el asesino y se pueda saber qué ocurrió el día de la muerte".
Coín, con 20.000 vecinos, ha vivido en el infierno desde la desaparición de Sonia Carabantes. A finales de agosto, la tensión en el pueblo reventó causando algunos problemas graves de convivencia. "En el pueblo hay psicosis. Ya están circulando nombres y apellidos de los presuntos asesinos", alertó entonces el alcalde.
Un joven de esta localidad se quejó ante la Guardia Civil al sentirse perseguido por parte de algunos vecinos que le señalaban como sospechoso.
"Hay una sensación", explicó entonces Clavijo, "de que todo el pueblo se tiene que vigilar a sí mismo. La situación se está desbordando y por eso yo pido mesura. Se están dando nombres y apellidos falsos y eso es muy peligroso. Hay miedo, de pronto se ha roto la calma, que es uno de los privilegios de vivir en un pueblo como este. La gente está con el alma en vilo".
Encarna Guzmán y José María Carabantes, los padres de Sonia Carabantes, raptada y asesinada la madrugada del jueves 14 de agosto, sufrieron sedados la búsqueda infructuosa de su hija, la aparición del cadáver y la espera antes del entierro.
"Lo que sea necesario"
El alcalde Clavijo se acercó a su casa un día para comunicarles la decisión de la juez de aplazar el entierro. Ellos se resignaron: "Lo que sea necesario".
Los investigadores aún esperaban encontrar más pistas en la autopsia y mantenían el cerco sobre media docena de sospechosos y descartaron detenciones inminentes.
Ayer cayó el principal sospechoso y la policía se apresuró a contar las pruebas que le relacionan con al menos dos asesinatos: el de Sonia Carabantes y el de Rocío Wanninkhof.
Pero algunos siguen sin dormir tranquilos. Alicia Hornos, la madre de Rocío, mantiene la sospecha sobre su ex amiga, Dolores Vázquez, pese a la detención del ciudadano inglés en Alhaurín.
Tras conocer la noticia, Alicia Hornos declaró a Efe que el hombre detenido "es el que ayudó a Dolores Vázquez", "pero la asesina es ella".
El juicio contra Dolores Vázquez por su supuesta relación con el asesinato de Rocío Wanninkof, hace cuatro años, se tenía que celebrar a mediados del próximo mes y fue suspendido tras conocerse que la investigación de la Guardia Civil sobre el ADN recogido en una colilla hallada cerca del cadáver de Rocío y el recuperado del tejido epitelial hallado en las uñas de Sonia correspondía a la misma persona. Dolores Vázquez llegó a ser condenada, aunque la sentencia se anuló y se ordenó la repetición del juicio. La madre de Rocío Wanninkof construyó ayer su propia teoría sobre los hechos tras conocer que habían detenido a Tony Alexander King. "No puede ser el único asesino de la joven de Coín, porque alguien tuvo que ayudar, ya que una chica de 17 años tiene mucha fuerza y alguien tuvo que ir en el coche, bien sujetándola bien conduciendo, y tirar los pantalones por la ventanilla".
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