viernes, 25 de enero de 2013

Una prueba pedida por el fiscal incrimina a la presunta asesina de Rocío Wanninkhof

La coincidencia del color, la textura y la composición de dos fibras de tejido halladas en el cadáver de Rocío Wanninkhof con prendas suyas llevaron ayer al fiscal del caso a oponerse por segunda vez a la excarcelación de su presunta asesina, María Dolores Vázquez. El juez, que ya hace casi un mes rechazó una petición similar de su abogado, debe decidir antes de 48 horas si mantiene en prisión o pone en libertad a la única detenida por el crimen. La defensa no descarta impugnar la prueba porque no se precintaron las bolsas en las que se recogió la ropa de la acusada.

Los análisis del Instituto de Toxicología de Madrid, conocidos ayer, confirmaron que unos restos textiles de color rosáceo encontrados en el cuerpo de la joven son iguales a cierta ropa de la sospechosa requisada en el segundo registro que la Guardia Civil realizó en su vivienda pocos días después de su ingreso en prisión.La prueba, que había sido solicitada por la Fiscalía, incrimina a María Dolores Vázquez a diferencia de los análisis del ADN, que resultaron negativos. Para el fiscal, Francisco Montijano, el informe aporta indicios "claros" contra la acusada que justifican que continúe en la cárcel de Alhaurín de la Torre. El ministerio público reconoció, no obstante, que la certeza sobre su culpabilidad no es del "ciento por ciento", pero abundó en que "la probabilidad es muy alta".

Los análisis se conocieron cuando parecía inminente la puesta en libertad de la acusada, ya que el resultado negativo de las pruebas del ADN, que trascendió el pasado fin de semana, hacía dudar a los investigadores de la conveniencia de mantener su encarcelamiento. Pero el fiscal prefirió esperar el informe del Instituto de Toxicología antes de pronunciarse sobre la petición de la defensa. Se desconoce el criterio que adoptará finalmente el juez, Román Martín, aunque la vez anterior coincidió con el ministerio público.

La defensa de Vázquez desconocía ayer el informe, pero no descartó solicitar la impugnación de la prueba por la poca fiabilidad con la que, en su opinión, fue obtenida. El letrado Pedro Apalategui siempre denunció que las bolsas en las que se recogieron las prendas de la acusada, tras el registro, no fueron debidamente precintadas. Ayer puso además en tela de juicio el resultado de los análisis al afirmar que para valorar la prueba debe tenerse en cuenta "la especificidad" de los tejidos, es decir, si son muy comunes o si por el contrario son poco corrientes.

La acusación particular, por el contrario, seguirá buscando pistas sobre el asesinato de Rocío. Así, el abogado de la familia Wanninkhof, José María Garzón, solicitará un registro de la fosa séptica de la casa de Vázquez. El objetivo es saber si allí se encuentran su teléfono móvil, una riñonera y el bolso que, tras un año de investigaciones, siguen sin aparecer.

Varios vecinos aseguran que, pese a que el domicilio sólo estaba habitado por la acusada y su madre, en el último año fue limpiado al menos un par de veces. "Hace tiempo que dije a los investigadores que buscaran en ese jardín porque allí tiene que haber cosas de mi hija", declaró ayer a Europa Press la madre de la víctima, Alicia Hornos. El 8 de septiembre, un día antes de su ingreso en prisión, entre dos declaraciones de la sospechoca, el juez ordenó que se excavara en el patio de la vivienda, pero los resultados fueron negativos.

Aunque el secreto del sumario se levantó hace una semana, las partes todavía no han tenido acceso a su contenido, ya que las diligencias constan de más de 8.000 folios. La única sospechosa en el caso es una amiga íntima de la familia, que incluso participó en las labores de búsqueda de la joven cuando desapareció hace un año en Mijas (Málaga).

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