viernes, 25 de enero de 2013

Las amenazas obligan a proteger la casa de la supuesta asesina de Mijas

Las amenazas recibidas por la familia de María Dolores Vázquez tras su detención como presunta autora del asesinato de Rocío Wanninkhof han obligado a la Guardia Civil a montar un dispositivo de seguridad en torno a su vivienda, en la cala de Mijas (Málaga). Aunque la acusada está en prisión desde el sábado, los agentes protegen la casa para evitar cualquier intento de agresión a los familiares o al inmueble, en el que la detenida convivió con la víctima.

La medida fue adoptada ante la reacción de numerosos vecinos que la semana pasada, cada vez que Vázquez salía o entraba del juzgado, le arrojaban latas y bolsas en señal de repudio.Ayer también trascendió que el letrado de la familia Wanninkhof ha solicitado al juez estar presente en las diligencias que se practiquen, ya que la acusación ni siquiera pudo asistir a las declaraciones que la acusada prestó el viernes y el sábado, durante las cuales incurrió en contradicciones que fueron determinantes para decidir su encarcelamiento.

Fuentes judiciales precisaron ayer que la Guardia Civil tiene 20 días para encontrar una prueba contundente, ya que de lo contrario deberá poner en libertad a Vázquez, y recordaron que las evidencias que existen hasta el momento son "indiciarias, pero no plenas".

La frágil coartada ofrecida por Vázquez sobre dónde se encontraba el 9 de octubre de 1999, la fecha en que desapareció la joven de Mijas, es una de las bazas de los investigadores. La acusada ha mantenido siempre que ese día estuvo con una amiga y la hija de ésta de tres años. El testimonio de la primera no ha sido nada convincente y la pequeña no es un testigo válido. Según fuentes de la investigación, el seguimiento a Vázquez ha sido total durante varios meses, ya que a las pocas semanas de producirse la desaparición ya las sospechas recaían sobre ella. Los agentes llegaron a alquilar un chalé próximo a la vivienda de la detenida y se hicieron pasar por nuevos vecinos, acercándose a ella con cualquier excusa para entablar amistad. Su teléfono estuvo todo el tiempo intervenido. Desde la casa hicieron un seguimiento exhaustivo de sus hábitos, como hacer footing y realizar compras; costumbres que cambió cuando trascendió que se encontraba entre las sospechosas del asesinato. De hecho, dejó de salir de la vivienda e incluso una vecina le hacía la compra.

Vázquez, una persona que se ha mostrado muy fría en su declaración ante el juez, ha mantenido en todo momento su inocencia. Incluso cuando los agentes que la custodiaban le ponían las esposas para trasladarla a la prisión, les indicó que siguieran buscando porque ella no era la asesina.

Aunque los investigadores siguen trabajando sobre la base de que podría haber contado con la colaboración de otra persona, hay otros datos que apuntan a que la detenida no habría tenido problemas en hacerlo sola. Vázquez es cinturón negro de kárate y está acostumbrada a mover a su madre, una anciana impedida de la que cuidaba hasta su encarcelamiento. Un informe forense asegura que Rocío fue arrastrada por las axilas.

La detenida permanece en el módulo de ingresos de la prisión provincial de Málaga, en Alhaurín de la Torre.

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