viernes, 25 de enero de 2013

El fiscal eleva la pena para la acusada en el 'caso Wanninkhof', pese a quedarse sin una prueba clave

El juicio por el caso Wanninkhof toca a su fin. El lunes, cada parte hará su alegato y a continuación el jurado deberá encerrarse para elaborar el veredicto. Las diez sesiones por las que han pasado unos 80 testigos y peritos no han despejado todos los interrogantes sobre el crimen. Ayer dos expertos echaron incluso por tierra una prueba clave, al descartar que las fibras encontradas en el cadáver de Rocío procedan de las prendas intervenidas a la acusada. Aún así, el fiscal elevó a 15 años la petición de pena para la acusada, Dolores Vázquez.

En sus primeras conclusiones, el ministerio público había solicitado 14 años de cárcel y 30 millones de indemnización. Ayer, incrementó la pena en un año y elevó la suma a pagar a la familia de la víctima a 50 millones.

Esta modificación fue sustentada en los cambios que introdujo en su relato de los hechos. Al principio del juicio el fiscal sostuvo que Vázquez apuñaló a Rocío, la dejó desangrarse y luego trasladó su cuerpo a un paraje de Marbella. Ayer añadió otro detalle en esa secuencia: tras apuñalar mortalmente a la joven, la acusada se llevó el cadáver a su casa. Allí lo mantuvo varios días y posteriormente 'sola o con ayuda de terceros' lo trasladó al lugar donde apareció el 2 de noviembre de 1999.

La acusación y la defensa, por el contrario, no variaron sus conclusiones. El letrado de la familia Wanninkhof insistió en solicitar una pena de 20 años y 60 millones de indemnización, mientras que el abogado de la imputada reiteró su inocencia y que por lo tanto procede su absolución. Debido a que hay muchos indicios pero ninguna prueba de cargo, cada parte esgrime el argumento que más le favorece. El fiscal y la acusación, se aferran a los testimonios que incriminan a la acusada y la defensa insiste en la inexistencia de pruebas.

El cambio del fiscal sorprendió porque, precisamente ayer, el ministerio público y la acusación se quedaron sin una prueba clave. Peritos de la Guardia Civil descartaron que las fibras encontradas en el cadáver de Rocío procedan de las prendas intervenidas a la acusada. Ambas piezas textiles resultaron idénticas en todos los parámetros comparados, menos en el color. Un cambio que, admitieron, podía deberse a que unas estuvieron a la intemperie y expuestas a los ácidos del cadáver. Aún así su informe fue negativo. El estudio de las huellas encontradas en las bolsas en las que apareció la ropa de Rocío tampoco arrojó un mejor resultado para el fiscal y la acusación. Ninguna corresponde a la acusada.

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