el chaval de somiserra desaparecido en 1986
desaparición de Juan Pedro Martinez Gomez, un caso que llega a bordear lo
paranormal por su extrañeza. Un suceso que tras más de veinticinco años aun
sigue sin ofrecer explicación. Un caso que la Interpol no dudó en calificar como
el más extraño de toda Europa. La desaparición de Juan Pedro Martínez a día de
hoy aun es un gran misterio y un profundo enigma para los
investigadores.
El 26 de junio de 1986, el joven Juan Pedro de diez años
de edad se subía a la cabina del camión Volvo de su padre, Andrés Martínez
camionero de profesión, junto a su madre Carmen Gómez, rumbo a una empresa
petroquímica de Bilbao. Andrés transportaba en su camión una cisterna con 20.000
litros de ácido sulfúrico óleum que salía a las siete de la tarde desde una
pequeña pedanía Murciana, Las Canovas. En uno de los tramos del itinerario, el
camión cisterna volcó a gran velocidad en una de las variantes de la antigua
Nacional I. Un impacto que produciría una brecha considerable en la cisterna que
acabaría por resquebrajarse y esparcir el ácido por carretera, campo y río para
originar una catástrofe sin precedentes en la zona. El ambiental no fue el único
costo del accidente, Andrés Martínez y su esposa, Carmen Gómez, yacían sin vida
entre el amasijo de hierros.
Una vez la Guardia Civil
hubo identificado los dos cadáveres, tocaba la parte mas dura, la de comunicar
el fallecimiento a los familiares. Pero en esta ocasión la sorpresa seria
mayúscula cuando uno de los familiares preguntó: "¿Y cómo está el niño? ¡Por
favor, dígame que mi nieto está bien!". "¿El niño? ¿Qué niño? En ese camión no
viajaba ningún niño, señora" logró contestar el miembro de la Benemérita.
El nombre de
Juan Pedro Martínez Gómez corrió como la pólvora en boca de todos. Había un
tercer ocupante de aquel siniestro del que no se encontraban ni rastro por
aquella zona. Sólo una goma de la zapatilla que según creen, llevaba el
jovencísimo Juan Pedro en aquel desafortunado viaje.
Se buscó por toda
la cabina alguna mínima pista, se repartieron miles de carteles con la foto de
Juan Pedro, e incluso se experimentó con el ácido para comprobar si éste fue el
causante de una hipotética disolución, extremo que los expertos químicos
desecharon por completo. No existía rastro de Juan Pedro, por entonces ya mas
conocido como 'el niño de Somosierra'. Las investigaciones se centraron en el
tacógrafo del camión, su caja negra. Según aquel, el viaje lo emprendieron a las
siete de la tarde, teniendo como primera parada un lugar llamado la Venta del
Olivo, a pocos kilómetros de Cieza, en Murcia. La segunda parada la realizaron a
las 0:12 horas en la localidad de Las Pedroñeras. Siendo casi las 3:00 de la
mañana cuando llegaron a la gasolinera 'Los ángeles', en la entrada de la
capital de España. Dos horas y media después efectuaron la parada definitiva en
el mesón Aragón, en las faldas del puerto de Somosierra.
En esta ultima
parada, en el mesón Aragón, un camarero vio por última vez al niño desaparecido
e incluso lo describió perfectamente ya que le llamó la atención la forma en la
que iba vestido, completamente de rojo. En la siguiente hora y veinte minutos,
después de esa parada y antes del accidente, se registraron hasta un total de
doce paradas y un cambio brusco de velocidad sin motivo aparente, llegando a los
140 km/h, dato al que nunca encontraron explicación.
Pero el relato más
curioso y enigmático del caso, es el de dos pastores de la zona que fueron
testigos del accidente y que así se lo hicieron saber a las autoridades. Estos
dos vecinos de la zona atestiguaron que inmediatamente después del accidente y
aprovechando la confusión y el caos propio del suceso, observaron a dos
individuos de una altura considerable, de tez blanquecina y engullidos en unas
batas blancas que les llegaban hasta los tobillos, salir de una furgoneta
blanca, tipo Nissan Vanette, acercarse a la cabina del camión y posteriormente
llevarse un gran bulto.
Posteriormente
también se recibieron numerosas llamadas que afirmaban haber visto a Juan Pedro
Martínez en diferentes puntos de la geografía nacional, sobre todo en Bilbao,
donde se aseguraban que el 'niño de Somosierra' deambulaba por una zona
industrial de la capital vasca. Posteriormente, las investigaciones de la
policía desecharon esos testimonios al no encontrar ninguna prueba de
ello.
La Interpol catalogó este caso
como el más extraño de Europa y como hemos podido relatar, no es para menos. Se
podría decir que es extraño, enigmático e incluso paranormal y que tras más de
veinticinco años del terrible suceso, el paradero de Juan Pedro Martínez Gómez,
'el niño de Somosierra' sigue siendo una incógnita inexplicable. Las preguntas
permanecen en el aire: ¿Quién eran aquellos individuos con batas blancas?; ¿Qué
guardaba el bulto que sacaron de la cabina del camión?; ¿A qué se debe que el
tacógrafo registrase hasta doce paradas en menos de una hora y media?; ¿Por que
aquel puntual acelerón del camión? Y la más importante de todas: ¿Dónde está
Juan Pedro 'el niño de Somosierra'?
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