domingo, 17 de marzo de 2013
El asesinato múltiple de Marsella, ajuste de cuentas entre "policías paralelas"
La matanza de Auriol, cerca de Marsella, en la que perecieron hace tres días el inspector de policía Jacques Massie y cinco personas más de su familia (mujer, hijos y suegros), sería consecuencia de un ajuste de cuentas entre los miembros del Servicio de Acción Cívica francés (SAC), una especie de policía paralela. Hasta anoche sólo había sido encontrado el cadáver del inspector, uno de los responsables locales del SAC. Cuatro personas han sido detenidas y la policía cree que el comando intentaba recuperar documentos importantes en el domicilio de la familia asesinada.
La clase política del gaullismo, madre del SAC, practica un mutismo lapidario ante el desarrollo de esta novela negra político-policiaca, que pudiera conducir a revelaciones sensacionales sobre las sombras de la historia de la V República.En tiempos de Georges Pompidou, cuando Jacques Chaban Delmas, era primer ministro y alcalde de Burdeos se produjo una elección parcial en la circunscripción de éste. El fulgurante meteoro político de aquella época en Francia se llamaba Jean Jacques Servan Schreiber (JJSS), diputado por Narley, autor brillante de El desafío americano, antigaullista notorio. Chaban Delmas entró en la liza electoral para recuperar su escaño de diputado y, ante el asombro de Francia, JJSS decidió hacerle frente, pero el aún propietario de L'Express, en pleno apogeo, convencido de que él era el Kennedy francés destinado a liberar a su país del veneno gaullista, no podía razonar más que en términos fronterizos con la extravagancia impregnada de inteligencia.
Dos ejemplos
Durante unos días, el poder político gaullista tembló y el SAC encontró una ocasión más para "mantener y defender la existencia de la República", según reza la cláusula que dio base teórica a su origen. Un comisario de policía, ligado al SAC, anunció en una reunión privada: "No hay que preocuparse."Pocos años antes, en un bar parisiense, a un joven se le ocurrió mofarse, con un simple gesto, de la legión de honor que un policía próximo al SAC lucía en la solapa de su chaqueta. En el mismo instante, el muchacho fue apaleado hasta morir.
Un antiguo miembro del SAC escribió en 1975 un libro, a pesar de la oposición de varias personalidades políticas, sobre algunas de las actividades de esta organización: en diez años el SAC había participado en doce escándalos político-financieros y en 164 delitos de derecho común. El SAC fue fundado por el general Charles de Gaulle en 1958, para defender la República, pero inmediatamente su acción se asimiló a la de una policía paralela. Participó en la lucha oscura contra el FLN argelino y después, contra la OAS.
Protegidas siempre de manera oculta por el poder político, las actividades del Servicio de Acción Cívica se diversificaron. Llegó a contar 12.000 miembros, entre los que abundaban los matones. De la defensa de la República y del propio general De Gaulle, los más celosos militantes pasaron a toda clase de actividades.
En los últimos meses de la presidencia del general, los hombres del SAC urdieron un chantaje contra Georges Pompidou, porque había cometido el pecado de declararse dispuesto para relevar al "hombre del 18 de junio". Fue entonces cuando emergió el asunto Marcotvich, en el que Pompidou se encontró en el centro de un ballet perverso-sentimental-erótico.
Los fondos que nutrían al SAC provenían del dinero secreto del Gabinete del primer ministro. Cuando Pompidou accedió a la magistratura suprema depuró el SAC, pero no lo suprimió. Y cuando Jacques Chirac cesó como primer ministro de Giscard, los fondos se hicieron difíciles.
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