lunes, 25 de marzo de 2013

El asesino en serie tiene personalidad psicopática, según el psicólogo

El completo informe psicológico de Joaquín Ferrándiz, al que se le imputa la muerte de cinco mujeres, determina una personalidad psicopática a la que se añade una alteración de su personalidad de tipo esquizoide. El informe, realizado por el psicólogo y criminólogo Vicente Garrido, indica que la personalidad psicopática se deriva de un deseo permanente de compensar un déficit en la capacidad de sentir el entorno. Garrido explica también que este tipo de personalidad provoca en el afectado la sensación de tener limitadas sus experiencias emocionales y sensoriales, lo que propicia un intento de desarrollar su comportamiento para compensar esta carencia. Así, tras las numerosas visitas realizadas a Ferrándiz en la prisión de Castellón, donde permanece desde el pasado mes de julio, el análisis de su psicología apunta su dificultad por comprender el sentido último de sus actos, que le llevaron a asesinar a Sonia Rubio, de 25 años, Amelia Sandra García, de 22, Natalia Archelós, de 23, Francisca Sales, de 23, y Mercedes Vélez, de 28. Todas ellas asesinadas entre 1995 y 1998 y abandonadas en lugares poco transitados. Vicente Garrido fue el psicólogo al que acudieron las fuerzas de seguridad para que elaborase un perfil del presunto asesino, que permanecía en libertad. Este perfil contribuyó de forma notable a la identificación y posterior detención de Joaquín Ferrándiz como supuesto autor de los cinco brutales crímenes. Valoración criminológica Vicente Garrido ratificó ayer su informe ante el titular del juzgado número 8, José Luis Albiñana. El documento también incluye una valoración criminológica acerca de la hipótesis sobre el inicio de la conducta antisocial de Ferrándiz. En este sentido, indica que en el momento de la primera agresión, en 1989, Joaquín Ferrándiz tenía entre 27 y 28 años, una edad adulta en la que él comenzó a constatar las pocas posibilidades de desarrollar sus necesidades. Entonces, comenzó a acentuarse sus dificultades para sentirse integrado en la sociedad a las que se unía una capacidad de expresión muy pobre. Durante su estancia en la cárcel por su primera agresión, el presunto asesino desarrolló un aprendizaje que plasmó en la comisión de sus cinco crímenes.Otro de los aspectos que incluye el informe es el del consumo de alcohol que, según el psicólogo, en Ferrándiz derivó en una disminución de su autocontrol hasta llegar a la violencia. Tanto el informe psicológico como el dictamen preliminar de los forenses señalan la necesidad de que Joaquín Ferrándiz reciba tratamiento. Sin embargo, los forenses se decantan más por un dignóstico neurótico, aunque todavía han de reconocer al acusado.

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