jueves, 28 de marzo de 2013
Petición de 163 años para el acusado de matar a cinco mujeres en Castellón
El juicio contra Joaquín Ferrándiz Ventura, de 36 años, acusado de matar a cinco mujeres en Castellón entre julio de 1995 y septiembre de 1996, celebró ayer su penúltima sesión, en la que el fiscal del caso, Juan Salom, informó al tribunal de las peticiones de condena y de indemnización que solicita por cada uno de los delitos que imputa al acusado.En total, la Fiscalía pide 163 años de cárcel y más de 200 millones de indemnización para las familias de las víctimas. Además, solicita que se declare al Estado responsable civil subsidiario por no haber vigilado y controlado a Ferrándiz, que cometió los crímenes cuando estaba en libertad condicional tras cumplir una condena por agresión sexual.
El fiscal subrayó ayer que, de haber cumplido el Estado con la vigilancia y seguimiento de Ferrándiz, "se hubiera salvado a más de una de sus víctimas". El fiscal sostuvo, además, que el procesado actuó en todos los casos con "alevosía", ya que sus víctimas no pudieron defenderse y fueron atacadas por sorpresa.
También destacó que no cabe aplicarle ninguna circunstancia atenuante, puesto que los peritos han declarado en el juicio que era consciente de sus actos criminales. Un psicólogo calificó al procesado de psicópata "muy grave" y un forense afirmó que sufre una enfermedad mental, un fuerte trastorno de la personalidad, pero ambos peritos dejaron claro que el acusado distingue entre el bien y el mal y es responsable de sus actos.
Condena íntegra
Por ello, el fiscal insistió en que Ferrándiz debe cumplir "íntegramente" la condena que le sea impuesta, aunque sea sometido a tratamiento médico. "Ya tuvo una segunda oportunidad", indicó refiriéndose a la libertad condicional que se le otorgó tras su primera condena, "y cometió cinco asesinatos". "No nos podemos permitir otro fracaso experimental", sentenció el fiscal.
En su informe, el fiscal señaló que la forma de actuar de Ferrándiz en los cinco asesinatos fue la misma. "Se ganó a sus víctimas con su cara, su aspecto beatífico, apacible y pacificador", indicó. El procesado se ofrecía a llevarlas a casa en coche tras sus salidas nocturnas, para después golpearlas, maniatarlas y estrangularlas. Tenía, ademas, una "notable habilidad para esconder los cadáveres". El propio Ferrándiz aportó detalles sobre su forma de actuar en las reconstrucciones de los casos que se hicieron tras su detención y confesión el año pasado. "Dio explicaciones que sólo podía dar el homicida", según el fiscal.
Respecto a las otras dos acusaciones que pesan sobre Ferrándiz, dos nuevos intentos de asesinato, el representante del ministerio público comentó que, como indicaron psicólogos y forenses, el procesado "empezaba un nuevo ciclo criminal" que se impidió con su detención en julio de 1998. Restan para finalizar este juicio, que ha durado nueve días, las conclusiones de las acusaciones particulares y de la defensa.
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