sábado, 23 de febrero de 2013

Un graduado en Psicología Criminal trata de evitar la silla eléctrica en EEUU


Theodore Bundy, de quien la policía sospecha que mató a cuarenta jóvenes a lo largo y ancho de Estados Unidos, se embarcó ayer en una batalla legal para evitar la silla eléctrica. Bundy (32 años), graduado con matrícula de honor en Psicología Criminal, fue condenado el martes a morir en la silla eléctrica, pena capital en el estado de Florida, por los brutales asesinatos de dos estudiantes cuando dormían en una residencia estudiantil de la Universidad del estado de Florida, en Tallahassee.
Bundy fue declarado culpable de los cargos que se le imputaban, tras un juicio de un mes de duración, partes del cual fueron transmitidas por televisión. Particularmente perjudicial para su defensa fueron las pruebas que vinculaban la impresión de sus dientes con las señales de mordiscos que aparecían en las posaderas de una de las víctimas.Bundy insistió en que era inocente y declaró ante el tribunal que «no pido clemencia, porque me parece absurdo pedir clemencia por un delito que no cometí».
El juez del tribunal del distrito, Edward Cowart, impuso la pena de muerte después de que el jurado, compuesto por siete hombres y cinco mujeres, lo recomendara así.
«Para este tribunal constituye una tragedia asistir a este total desperdicio de humanidad, como he experimentado en esta sala», dijo el juez, dirigiéndose a Bundy, que en tiempos fue estudiante de Derecho y tomó parte activa en su propia defensa.
«Eres un joven inteligente. Hubieras sido un buen abogado. Me hubiera encantado verte ejercer el Derecho ante nosotros. Pero, amigo, tomaste otro camino.»
Bundy, que en una ocasión escribió un folleto en el que aconsejaba a las mujeres cómo protegerse contra la violación, fue declarado culpable de forzar su entrada en el campus de la Universidad estatal de Florida y matar a Margaret Bowman (21 años) y Lisa Levy (20). También resultó convicto de tres intentos de asesinato en la misma universidad.
El juez Cowart dijo que el asesinato de la señorita Bowman fue «depravado, vil, perverso y atroz».
El caso de Bundy pasará automáticamente al Tribunal Supremo de Florida para ser revisado, ya que se trata de la pena capital. Florida, uno de los pocos estados capaces de hacer cumplir la sentencia, ejecutó hace dos meses a un asesino convicto.
El propio Bundy insinuó la posible base de apelación que utilizará, al quejarse de que no tuvo abogados defensores eficaces. Durante el juicio, el inculpado discutió con sus cinco abogados, cuatro de los cuales eran asesores legales públicos de Tallahassee. Uno de ellos dimitió diciendo que Bundy tenía un problema mental. El juez se negó a permitir que Bundy despidiera a otro.
Bundy también se enfrenta a otra batalla legal el próximo 17 de septiembre, fecha en que deberá comparecer ajuicio en Lake City, en el norte de Florida, por el supuesto delito de asesinato de una niña de doce años.
El ministerio fiscal ha declarado que seguirá adelante con el juicio, pese al veredicto condenatorio y sentencia de muerte pronunciadas en Miami, pero no está claro qué ocurrirá en otros casos pendientes contra Bundy.
Theodore Bundy, antiguo boy scout, militante del Partido Republicano y mormón converso, procede de una familia sólida de clase media, con raíces en la zona noroeste de la costa del Pacífico.
Pero la policía sospecha que ha dado muerte al menos a veinte mujeres en y alrededor de universidades de Oregón y Washington. Muchas de las víctimas tenían señales de mordiscos.

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