El padre de Marta del Castillo agradece a la fiscal su esfuerzo por internar al Cuco

Antonio del Castillo, padre de la joven asesinada Marta del Castillo, ha agradecido hoy el esfuerzo de la fiscal de Menores de Sevilla por internar al menor apodado el Cuco, absuelto de dicho delito, y ha criticado al juez que ha acortado su internamiento y que "empatiza con el reo y no con las víctimas".
Antonio del Castillo ha emitido un comunicado en el que da las gracias a la fiscal Angela Sarazá y reconoce "el buen trabajo hecho en el ejercicio de su profesión, que tan ardua y complicada resulta" al tratar no solo con delincuentes sino con "distintos tipos de supuestos compañeros que, sentencia tras sentencia, menosprecian su trabajo".
El padre de Marta se refiere así a la decisión del juez de Menores de Sevilla que ha acordado computar el año y siete meses que el Cuco pasó en un piso tutelado de Cádiz a razón de un día de internamiento por cada tres de cumplimiento de dicha medida, frente al criterio de la Fiscalía de un día de internamiento por cada seis días en el piso.
El Cuco fue absuelto de la violación y asesinato de Marta y condenado a dos años y once meses por encubrir esos mismos delitos cometidos por su amigo mayor de edad Miguel Carcaño, asunto que fue juzgado en noviembre en la Audiencia de Sevilla y que se encuentra pendiente de sentencia. El menor quedará libre en marzo de 2013, después de que el juez de Menores haya compensado a razón de un día de internamiento por cada tres de estancia en centro de menores, y de un día de internamiento por cada seis en los que tuvo prohibido acercarse a menos de 50 kilómetros de Sevilla, donde viven los padres de la víctima. Según Antonio del Castillo, la decisión del juez ha dejado "un sinsabor de falta de justicia", en que los ciudadanos son "los grandes perjudicados".
Dirigiéndose a la fiscal de Menores, le dice: "Admiro que a pesar de todo usted vaya, día a día, a trabajar aunque sea a contracorriente del sistema, a pedir justicia para la ciudadanía". Todo ellos frente al "sistema y sus compañeros, los que bien podrían ser llamados Dioses del Olimpo en la tierra, los que deben hacer justicia, los que nunca empatizan con las víctimas pero sí con el reo", y concluye que en eso se remite a la última sentencia.