sábado, 23 de febrero de 2013

Misterio en Moscú sobre un presunto violador de cinco mujeres



De confirmarse el suceso pudieran ser cinco el número de mujeres jóvenes que después de ser violadas fueron asesinadas y lanzadas a un pequeño estanque en las afueras de Moscú, en el transcurso de los dos últimos meses. Al parecer, las fuerzas de la milicia que investigan el macabro suceso buscan a un hombre joven, de fuerte contextura, con indicios claros de tener perturbadas sus facultades mentales.
Nada se dice oficialmente sobre este rumor. «Son rumores, la situación está tranquila», ha informado un alto jefe del Comité Estatal de Seguridad (KGB), a EL PAÍS.El misterio sobre el «asesino de Jimki» continúa. Medios informativos occidentales aseguraron hace días que un maníaco sexual había violado por lo menos a cinco jóvenes y posteriormente las introducía -alguien ha señalado que también las decapitaba y las envolvía en alfombras del Asia central- en una pequeña charca situada a las afueras de Moscú.
EL PAÍS ha investigado en medios oficiales el macabro suceso. La consulta final tuvimos que hacerla con el jefe del Departamento de Asuntos Exteriores, del Comité Estatal de Seguridad (KGB), encargado de las relaciones con los periodistas occidentales. El armenio señor Nersesian, evidentemente se preocupó por el tema, si bien nos anunció: «Me extraña. Vivo precisamente en Jimki y no he oído nada.» Con evidente sentido del humor añadió: «Mi mujer sale y entra en casa a todas horas del día.»
Más tarde, Nersesian nos confirmaba: «Puedo decirle que esos rumores carecen de fundamento. Cuando, por desgracia, ocurren sucesos de este tipo, los medios de información soviéticos no lo ocultan, tenga esto en cuenta. También puedo asegurarle que en la región de Moscú, precisamente en las últimas semanas, la delincuencia ha remitido».
El pasado 16 de octubre, un artículo del periódico local Moskovskaya Pravda, criticaba a funcionarios del Ayuntamiento de Moscú y exigía redoblar la vigilancia ciudadana para eliminar un índice cada vez mayor de «delincuencia callejera». El mismo periódico acusaba a la policía local de ineficacia.
El 20 de septiembre, el Comité Central dictó una orden y llamamiento a todos los ciudadanos de la URSS para que colaboraran con la policía en el mantenimiento del orden.

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