Lo que se esperaba que fuese la bomba editorial del siglo acabó siendo uno de los mayores fraudes sufridos por la industria norteamericana de publicaciones. El famoso Diario de Jack el Destripador, del que Warner Books tenía ya preparadas 200.000 copias para sacar a la venta el mes próximo, ha resultado ser falso. Después de una minuciosa investigación al respecto, la compañía ha tenido que reconocer el engaño de que ha sido objeto y suspender la esperada edición.El experto en documentos históricos que ha dirigido la investigación sobre el presunto diario de Jack el Destripador, Kenneth Rendell, asegura que el análisis de la tinta y del papel de las 63 paginas manuscritas que iban a ser editadas ha demostrado que el documento fue escrito en tomo a 1921, con un margen de error de 12 años, y su autor, aunque todavía desconocido, no pudo ser la misma persona que asesinó a cinco mujeres en 1888 como venganza por los galanteos de su propia esposa.
Algunas de las razones que llevaron a Rendell a dudar de la autenticidad del documento fueron la escritura -que no coincidía con el estilo victoriano de la época-, la desaparición de las 20 primeras páginas del libro encontrado y el tamaño del volumen en el que está escrito.
Las primeras sospechas sobre la gran revelación editorial las expuso en julio pasado el diario The Washington Post, pero entonces la Warner Books garantizó que el diario había sido "verificado por expertos y revisado por primeras autoridades en la materia".
Ahora, la poderosa compañía editorial ha preferido rectificar y asumir las pérdidas económicas que esto supone antes que descubrir el fraude cuando los libros ya estén en la calle. "Nuestra credibilidad es más importante que las ventas potenciales", afirma el presidente de Warner, Larry Kirshbaum, quien ha esperado hasta el último minuto para tomar esta dolorosa decisión. La publicidad del libro iba a comenzar la próxima semana.
El diario de Jack el Destripador, que pretendía descubrir la personalidad del comerciante de algodón convertido en un mito internacional por sus salvajes asesinatos en el Londres victoriano, se suma así a una lista de fraudes editoriales en la que está precedido por unos presuntos diarios de Benito Mussolini y -tal vez el más sonado escándalo de todos- los falsos diarios de Adolfo Hitler comprados en 1983 por The Sunday Times, al precio de tres millones de dólares, al semanario alemán Stern.
En el caso del diario de Jack el Destripador, los investigadores buscan todavía el origen del fraude. El propietario del volumen comprado por Warner era un coleccionista de piezas metálicas de Liverpool que dice haberlo recibido de un impresor ya muerto. La pista, que recuerda el argumento de la novela El Club Dumas, de Arturo Pérez Reverte, se pierde en algún falsificador inglés del primer cuarto del siglo que habría tratado de prologar la memoria del célebre matarife con un diario que pretendía explicar su psicología y reproducir el ciclo de la femenina carnicería.
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